BEIJING, 25 ago (Xinhua) -- Los militares japonesas realizaron experimentos con bacterias y gas tóxico en los chinos durante la II Guerra Mundial, reveló una confesión de un criminal de guerra japonés, publicada hoy martes.
La Administración Estatal de Archivos de China publicó la confesión de Kiyokazu Hiranaka, nacido en Japón en 1895, se unió a las tropas de invasión japonesas en 1933 y fue capturado en China en agosto de 1945.
Hiranaka pidió al Ejército nipón de Kwantung que dispersase las bacterias en la provincia nororiental china de Jilin, matando a unos 1.000 chinos en octubre de 1934.
De acuerdo con la confesión, entre septiembre y octubre de 1935, el Ejército Kwantung realizó pruebas de gas tóxico en Jilin, en las que unos 20 chinos encarcelados en el noreste de China fueron "usados para los experimentos con gas tóxico".
En octubre de 1943, Hiranaka arrestó, torturó y envió a cuatro chinos a la Unidad Ishii en Harbin, de la provincia nororiental de Heilongjiang, para que fueran sometidos a experimentos bacteriológicos.
Hiranaka también admitió su participación en la detención de más de 100 chinos. El militar nipón torturó o ejecutó a decenas de ellos.
La confesión de Hiranaka constituye la decimoquinta de una serie de 31 declaraciones escritas por parte de criminales japoneses de guerra y publicadas en la página web de dicha administración en conmemoración del 70o aniversario del final de la II Guerra Mundial.