BEIJING, 30 jul (Xinhua) -- Los representantes comerciales de los 12 países de la cuenca del Pacífico inmersos en la elaboración del que sería el mayor Tratado de Libre Comercio (TLC) del orbe, en extensión territorial, deben tener presente que los términos a incluirse en el acuerdo de Asociación Transpacífica (TPP, siglas en inglés) no deberán atenuar el papel primordial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en la liberalización del comercio global.
Una vez firmado, el TPP conformará un área de libre comercio con una población de 800 millones de personas, a la vez que representará el 30 por ciento de las transacciones comerciales globales y cerca del 40 por ciento de la producción mundial.
Sin embargo, la trascendencia de este acuerdo de libre comercio se ve limitada por el hecho de que varios de los países dentro del marco del TPP cuentan ya con los TLC bilaterales entre sí, y Estados Unidos y Japón abarcan alrededor del 80 por ciento de las transacciones comerciales dentro del potencial bloque comercial.
Para evitar la posibilidad de que apenas unos pocos dominen el curso futuro del todo el bloque, los países participantes en las conversaciones del TPP deben realizar todos los esfuerzos posibles para crear un mecanismo que garantice la igualdad de derechos para todos los miembros en la toma de decisiones clave.
Con el propósito de eliminar el peligro de que los más grandes decidan siempre, los negociadores del TPP deben actuar cuidadosamente para no asegurarles un poder ilimitado en la solución de las disputas comerciales, o en los temas de acceso al mercado relacionados con sectores sensibles.
Otro importante remedio sería mantener la puerta del TPP, sin términos discriminatorios para los recién llegados. El TPP ha visto aumentada su vitalidad en los últimos a?os, debido a que los recién llegados siguen mejorando las perspectivas.
Es más, algunos países del TPP se enorgullecen de trabajar por conseguir altos estándares para los bloques de comercio. Pero el problema es que no siempre es bueno para todas las partes poner el rasero demasiado alto.
La polémica sobre la duración de la protección de patentes es sólo un ejemplo de cómo un miembro puede optar por unos estándares más altos porque beneficia a sus propios intereses.
Por esto, es aconsejable que los negociadores que están trabajando duro por maximizar las ganancias de sus respectivos países, mantengan la cabeza despejada, en vez de dejarse enga?ar por propuestas aparentemente nobles.
Mientras es entendible que los países, frustrados por la largamente estancada ronda de Doha de las conversaciones comerciales, hayan dirigido su atención a varias iniciativas establecidas por los TLC regionales, vale la pena anotar que debería mantenerse el rol central de la OMC en la liberalización del comercio global.
Dejando a un lado los posibles defectos, el TPP representa, hasta el momento, el más ambicioso intento de establecer un TLC en la geográficamente vasta y culturalmente diversa región de Asia-Pacífico, y ofrece esperanza, y posiblemente sabiduría, para reanimar las negociaciones de la ronda de Doha.