Una cohesionada ideologia es vital en la lucha contra los yihadistas
Por Mei Jianming
Pekín, 01/07/2015(El Pueblo en Línea)- Tres terribles ataques ocurrieron, casi simultáneamente, en países distintos, dejando en total un saldo de decenas de civiles muertos y heridos.
En Francia, un atacante irrumpió en una planta química ydecapitó a una persona. En Kuwait, un atacante suicida detonó una bomba dentro de una mezquita chiíta, matando a 27 fieles. En Túnez, un "lobo solitario", armado con un AK-47 disparó contra 38 turistas en un balneario.
Poco después, los gobiernos de los tres países categorizaron los hechos como ataques terroristas. Más tarde, el Estado Islámico
(EI)) reivindicó las tres barbaries. Aunque todavía no hay ninguna prueba para confirmar que estaban coordinados, estos ataques han consternado a la comunidad internacional y han puesto sobre la mesa difíciles preguntas sobre la expansión del terrorismo internacional y cómo combatirlo.
Desde que proclamaron el susodicho Califato, han surgido nuevos desafíos en la guerra global contra el terrorismo.
A diferencia de sus predecesores, el EI ha logrado recrear un "Estado", con territorio controlado y recursos propios para sostener la causa. Además, los militantes salafistas son muy hábiles con la propaganda y la instigación: han presentado su Califato como la "tierra prometida", pintando un panorama en extremo alentador para sus futuros miembros. Desde Internet, el EI también ha desarrollado una red de comunicación global que ordena y guía a sus miembros y seguidores esparcidos por el mundo.
Su mensaje incita a los interesados a integrarse a un grupo de fanáticos para luchar. Lo más temible es que incitan a los extremistas islámicos a emprender acciones y ataques en plan "lobo solitario".
En comparación con los ataques terroristas del 9/11, actuar por tu cuenta como un lobo solitario evidencian muy pocos elementos previos derivados de la planificación del hecho, estrategia que hace muy difícil identificar el peligro potencial antes que se efectúe el ataque.
Es posible que los últimos tres ataques se hayan llevado a cabo con fines simbólicos. El ramadán comenzó en junio y es el 29 de junio cuando el Califato cumple su primer aniversario. Es probablemente que EI esté tratando de enviar una clara se?al de su presencia global. El Estado Islámico es un movimiento que le interesa mucho difundir su ideología y es evidente que han logrado resultados dentro de la guerra ideológica o informativa, algo que Al Qaeda nunca ha podido obtener a ese nivel. Por lo tanto, lo realmente aterrador del Estado Islámico no radica en su éxito militar, sino en su capacidad para reclutar y lavar la mente de muchos individuos de culturas diferentes y países tan diversos entre sí.
El mundo todavía no está preparado para el virus psicológico que inocula en los ciudadanos el terrorismo del Estado Islámico. Muchos países han ignorado el hecho de que, al igual que una hiedra que se ramifica, un terrorista puede ser destruido físicamente pero su activo proselitismo ayuda a reclutar más terroristas potenciales que lo sustituyan, de una forma espiral.
Por lo tanto, desarmar el sistema ideológico y de propaganda del EI es ahora una de las más importantes misiones dentro de la guerra sin cuartel contra el terrorismo. La clave para ganar esa guerra es neutralizar las motivaciones locales que compulsa a los individuos anhelar pertenecer a semejante demencial militancia. Estas debilidades personales y sociales son muy bien aprovechadas por el Estado Islámico en su inteligencia de reclutamiento. Dentro de la sociedad, ásperos conflictos como son las desigualdades sociales, los problemas educativos, las tensiones étnicas y raciales, la marginalización de ciertos individuos, etc... devienen "zona de pesca" para el Estado Islámico que alientan a que los desfavorecidos tomen revancha y abracen la militancia terrorista y la utópica justicia paradisíaca que merecen.
Contra este tipo de terrorismo atroz, el compromiso ideológico entre las partes que lo combaten es una de las fuerzas ganadoras determinantes.
El autor es director del Centro de Investigación Antiterrorista y Seguridad Pública de la Universidad Renmin.