En el distrito de Xuwen, el extremo más meridional de la parte continental china donde el tifón tocó tierra por segunda vez el viernes por la noche, 7.800 casas fueron derribadas y 46.000 resultaron seriamente da?adas.
Li Fei, de 84 a?os de edad, fue persuadido el jueves para salir de su caba?a de 40 a?os y refugiarse de forma temporal en un templo local. "Estaba reacio a irme, pero los funcionarios insistieron en que debería irme", dijo Li. "Si no hubiera seguido su consejo, hubiera muerto".
La oficina local de Asuntos Civiles informó que 100.000 residentes fueron reubicados en vísperas de que el tifón tocara tierra para evitar víctimas.
Li todavía vive en el templo y sus familiares que viven en el mismo barrio le llevan tres comidas al día.
Li recibió un subsidio de 500 yuanes del gobierno local para cubrir sus necesidades, pero reconstruir su casa le costará al menos 30.000 yuanes. "No sé de dónde sacar el dinero".