Po An-you (segundo a la derecha) el día se convirtió en un notario público Junto a sus amigos a la entrada de la Corte Suprema de Gauteng del norte, en Sudáfrica
Su familia - entre los chinos de ultramar hay actualmente 45 millones - es oriunda de Wenzhou, Zhejiang. Cuando tenía seis a?os, la familia de Chan se radica en los países bajos. El ni?o pronto se identifica como un hijo de su nuevo país.
"Me definí como holandés, pero de padres chinos y con una latente identidad china", dice Chan, que ahora tiene 40 a?os.
"Yo crecí en Holanda, tenía amigos holandeses. No sabía mucho acerca de China."
A los 18 a?os, su perspectiva giró 180 grados.
Ese verano, Chan fue en su primer viaje a China con sus jóvenes compa?eros chinos- holandeses. Aquel viaje no sólo fue una manera de ahondar sobre su país de nacimiento, también comprendió que tenía más en común con los chinos de ultramar que con los propios chinos continentales. Cuando regreso a Europa, se dio a la tarea de hacer más amigos chinos radicados.
"Teníamos la misma educación y experiencias en Holanda, así que se daba una conexión espontánea,", dice Chan, que ahora gerencia el restaurante de sus padres.
"Desde mi realidad, me considero un chino con influencias occidentales."
Sin embargo a ciertos inmigrantes chinos como Victor Zheng, les resulta más difícil definir su identidad cultural.
Zheng ha pasado la mayor parte de sus 37 a?os en México. Y aunque estudió en los EstadosUnidos, continúa celebrando su cumplea?os según el calendario lunar. Habla espa?ol, inglés y cantonés con precisión. A través de los programas de televisión chinos ha aprendido algo de mandarín.