Por René Quenallata Paredes
LA PAZ, 8 jun (Xinhua) -- Los bolivianos volverán a las urnas en octubre próximo, pero una vez más usarán en el caso de la elección de diputados un esquema electoral marcado por la "abismal" desproporción en la ecuación democrática "un ciudadano, un voto", según analistas y políticos.
Esta imperfecta fórmula comicial contrasta con el principio de que los diputados deberían ser electos con base en una distribución proporcional a los núcleos poblacionales.
Para poner un ejemplo, en Pando (norte) se precisan 55.000 habitantes para la elección de un diputado uninominal, mientras que en el caso de la ciudad de El Alto-La Paz (oeste), la cifra se eleva a 215.000.
En charla con Xinhua, el analista político Carlos Cordero consideró que esta inequidad del voto es abismal.
"No puede ser que en Bolivia un voto de una región despoblada valga cuatro veces más que (el) de otra región poblada", indicó Cordero.
De igual forma, la politóloga de la Fundación Amaru, Natalia Peres, dijo también a esta agencia que esta desigualdad persiste con la reasignación de diputados sobre los nuevos datos poblacionales del censo 2012.
Peres dijo que aún considerando las fórmulas de redistribución de esca?os para diputados uninominales y plurinominales, éstos incumplen la proporcionalidad perfecta.
A?adió que Bolivia figura en el puesto número 8 de un total de 78 países con la mayor desproporcionalidad del voto en la Cámara Baja.
La diferencia ata?e a la distribución por habitantes y también al momento de elegir un diputado. Aún entre una y otra circunscripción del mismo departamento se presenta este fenómeno, aunque la diferencia es menor, según datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Con base en los últimos datos poblacionales del Censo 2012, el TSE trabajó en la reasignación de esca?os para las elecciones de 2014 evitando cambios bruscos y mediante una fórmula que toma en cuenta los criterios constitucionales y legales de equidad, población y desarrollo.
La propuesta de redistribución de esca?os del TSE reasigna 25 esca?os con base en el criterio de menor población y uno por el de menor desarrollo económico.
Los restantes 105 asientos (la Constitución se?ala que la Cámara de Diputados debe tener 130 miembros) fueron repartidos bajo el principio de la proporcionalidad poblacional. Esto refleja el 20 por ciento del total de las diputaciones asignadas por menor población y desarrollo.
El planteamiento del TSE restó un diputado a Potosí, Beni y Chuquisaca, y a?adió cada uno de estos al departamento de Santa Cruz. Los demás departamentos mantuvieron sus asignaciones.
PERSISTE LA DESPROPORCIóN
Esta distribución de esca?os fue la base para mantener la desproporción del voto en la elección de diputados respecto a las regiones y se refrenda con la asignación de circunscripciones uninominales, según el analista político Ramiro Antezana
El oficialista senador cochabambino (MAS), Julio Salazar, reconoció que esta incongruencia afecta a los departamentos del eje troncal y a las capitales de departamento donde se concentra más población.
"Podemos decir que en estos casos la democracia no es igualitaria porque el voto del lugar con pocos habitantes vale más que en las regiones bien pobladas", agregó Salazar.
El diputado opositor de Oruro (CN), Franz Choque, dijo a su vez que si bien hay esa contradicción en la distribución de diputaciones, esta diferencia es una consecuencia del desinterés del Estado en desarrollar las regiones deprimidas y vuelca acciones que fortalecen al eje central.
REGIONES SOBRE Y SUBREPRESENTADAS
Datos del órgano Electoral Plurinacional evidencian que existen tres categorías de departamentos donde un voto vale más o menos que los de otros bolivianos.
Según estas consideraciones, el voto de un ciudadano en Beni (noreste), Chuquisaca (sur), Oruro (oeste), Pando (norte), Potosí (sudoeste) y Tarija (sur) tiene un peso mayor que en La Paz (oeste), Cochabamba (centro) y Santa Cruz (este).
Los departamentos del eje central poseen circunscripciones uninominales con mayor cantidad poblacional, como es el caso de Cochabamba con más de 216.000 habitantes, el mayor número.
En el otro extremo está Pando, considerado sobrerrepresentado, porque para cada uninominal precisa 55.000 habitantes, lo que revelaría que el voto de un pandino vale cuatro veces más respecto del de un habitante en la región troncal del país.
En el otro grupo, también sobrerrepresentado aunque en menor proporción, se encuentran cinco departamentos (Tarija, Potosí, Beni, Chuquisaca y Oruro) donde un diputado uninominal vale un promedio de 110.000 habitantes.
Datos de la anterior Corte Nacional Electoral (CNE) para las elecciones de 2009 indican que en Pando se elegía a un diputado con un promedio de 10.000 votos, mientras que en la troncal (La Paz, Santa Cruz y Cochabamba) para cada diputado la cifra promedio era de 50.000 votos.
En cambio, para el otro sector medio (Oruro, Potosí, Tarija, Beni y Chuquisaca) el promedio de votos para cada diputado alcanzaba 25.000, no el número de habitantes.