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Las universidades desempe?an un papel social más allá de la educación
Ilustración: Chen Xia/Global Times
Por Lu Wenao
En los últimos días, una serie de publicaciones en las redes sociales del profesor asociado Li Zhi de la Universidad de Pekín ha provocado un acalorado debate sobre si las universidades, en particular instituciones de renombre como la Universidad de Pekín y la Universidad de Tsinghua, deberían abrir sus campus al público en general.
Li se opuso a la práctica actual de exigir un control de identidad para ingresar a las instalaciones de la universidad y enfatizó los inconvenientes que representa para los estudiantes y el personal. Las discusiones posteriores han revelado una opinión pública dividida sobre el asunto.
Mientras que algunos internautas abogaron por una mayor apertura, diciendo que las universidades deberían ampliar su acceso a los miembros de la sociedad, otros expresaron su preocupación por posibles alteraciones del orden y la seguridad del campus. Una mirada más cercana a las políticas de varias universidades, incluidas la Universidad de Pekín, la Universidad de Tsinghua y la Universidad Xi'an Jiaotong, revela diversos grados de apertura, con restricciones en los horarios de visita y reservas obligatorias.
A partir de este verano, la Universidad de Pekín y la Universidad de Tsinghua comenzaron a reabrir gradualmente sus campus, pero el acceso se limitó a fines de semana, días festivos y reservas previamente aprobadas con condiciones específicas.
Por otro lado, universidades como la Universidad de Lanzhou, la Universidad de Fudan y la Universidad de Zhejiang permiten visitantes externos con reserva, mientras que universidades como la Universidad de Sichuan y el Instituto de Tecnología de Harbin han dado un paso audaz al abrir completamente sus puertas sin necesidad de reservas.
Las universidades son recursos públicos que deberían ser accesibles a una población más amplia, fomentando el entendimiento mutuo y creando oportunidades para el aprendizaje continuo. El sentimiento de mayor apertura se extiende más allá del discurso en línea.
La implementación de estrictas medidas de seguridad también ha provocado una mayor fricción entre los estudiantes y el personal de seguridad, según Li, quien también sostiene que las universidades deberían centrarse en medidas de seguridad más específicas dentro del campus en lugar de restringir el acceso en las entradas.
El estricto requisito ha llevado incluso a revendedores que ofrecen acceso a universidades prestigiosas. Oficialmente, las universidades no recomiendan a los visitantes "comprar" su entrada a través de revendedores, ya que sus precios pueden alcanzar los tres dígitos.
La gestión cerrada de los campus universitarios sirvió como medida temporal durante la pandemia. Si bien estas medidas sin duda redujeron los riesgos y mejoraron la seguridad, los cierres prolongados de los campus pueden plantear obstáculos para la investigación, la ense?anza, el intercambio humanístico y el compromiso social.
Tanto para los profesores como para los estudiantes, la vida, la investigación y las interacciones sociales requieren integración con la sociedad. Particularmente, los estudiantes universitarios, al ser adultos, se benefician al sumergirse en dinámicas sociales y adaptarse a escenarios del mundo real. Por otro lado, el público también alberga el deseo de conectarse con las universidades y explorar la vida en el campus.
Durante las vacaciones de verano, por ejemplo, los padres suelen desear llevar a sus hijos a las universidades para realizar visitas educativas. Muchos campus universitarios se han convertido en destinos turísticos muy solicitados. Además, para una ciudad, las universidades desempe?an un papel crucial a la hora de liderar la innovación tecnológica, mostrar una cultura avanzada y proporcionar servicios públicos esenciales.
Las funciones multifacéticas de una universidad se extienden mucho más allá de los límites de un campus cerrado, lo que enfatiza la necesidad de un enfoque equilibrado que se alinee con el contexto social más amplio.
Las opiniones públicas sobre el tema son diversas, lo que refleja el complejo equilibrio que las universidades deben lograr entre mantener la seguridad y abrazar la apertura. Pero las preocupaciones sobre la seguridad no deberían obstaculizar la apertura de campus.
Las universidades, al ser centros de educación superior, deben contribuir al bien público interactuando con la comunidad y enriqueciéndola.
Las universidades, a menudo situadas en paisajes urbanos, son partes integrales de las ciudades y deberían contribuir a la vitalidad de su entorno. Los campus abiertos alientan a los ciudadanos a pasear por los terrenos universitarios, fomentando una conexión entre el mundo académico y la comunidad en general.
Las preocupaciones sobre la seguridad y el orden requieren una consideración cuidadosa y una gestión estratégica. Sin duda, un campus cerrado podría ser la forma más fácil de mantener el orden, pero limitará significativamente la influencia social que las universidades pueden tener.
El principio de mantener un equilibrio entre accesibilidad y funcionalidad es primordial, prestando la debida atención a salvaguardar el orden normal de trabajo y aprendizaje tanto para los profesores como para los estudiantes. El compromiso con el servicio social no debe comprometer la misión central de las universidades, sino más bien mejorar su compromiso con la comunidad, contribuyendo a una relación simbiótica entre la academia y la sociedad.
Fuente: Global Times