Los estudiantes participan en un evento de animación relacionado con el Gaokao en la escuela secundaria Boluo, Huizhou, provincia de Guangdong, 6 de junio del 2018. [Foto: Lin Jiefeng]
Por Kou Jie
Beijing, 07/06/2018 (El Pueblo en Línea) - 17 horas y 16 minutos. Eso es todo. Y 6 horas planificadas para dormir. Por primera vez en su vida, Zhang Lijuan – que antes era tan parsimoniosa- tiene que calcular cada segundo para asegurarse de tener el tiempo suficiente para acometer la gran tarea que le apremia. Ma?ana por la ma?ana, Zhang, junto a 9,75 millones de adolescentes de toda China, tendrán que enfrentar el desafío del Gaokao, un examen que puede cambiar de golpe el sentido de su vida.
Durante los últimos tres a?os, Zhang ha estudiado 14 horas diarias. En su puesto se apilan innumerables libros y referencias. Su vida adolescente está únicamente llena de estudio. Incluso, el último día antes de realizar el Gaokao, todavía repasa notas durante su descanso de almuerzo, en su afán de memorizar todos los hechos y fórmulas que ella pueda.
"Me ha interesado una y sólo una cosa: ser admitida por una de las principales universidades de China. Esta es una batalla que no puedo permitirme perder", afirmó Zhang.
Convocado una vez al a?o, el Gaokao es el único factor determinante para la admisión en las universidades chinas. El resultado de la prueba decide a qué universidades se puede ingresar, y en consecuencia, influye en las posibilidades de encontrar un empleo bien remunerado en el futuro. Aproximadamente, tres de cada cinco estudiantes ganarán esta silenciosa batalla. Y apenas 1 de cada 20 examinados podrá acceder a las mejores universidades de China.
A pesar de sus estadísticas tan despiadadas, el Gaokao está al alcance de la mano. Durante los próximos dos días, la idea de una China bulliciosa será algo relegado. Toda la nación se verá inmersa en la tranquilidad, esperanzas, angustias y la creciente ansiedad que preside este solemne examen.
Los miembros de la familia de los examinados esperan al frente de una escuela secundaria de Lhasa, capital de la región autónoma del Tíbet, 7 de junio del 2013. [Foto: Xinhua]
La rueda del destino
Conduciendo hacia el sur de Yinchuan, capital de la región autónoma de Ningxia Hui, la tierra adquiere un tono parduzco. Zhang, a solas con sus padres y dos hermanos, reside en Xihaigu, una región “árida y remota” en los mapas, pero que en término coloquial se entiende como "pobre y estéril". En 1982, fue declarada "inhabitable" por las Naciones Unidas. En ese mundo de poca tierra fértil crecen los sue?os de Zhang.
Con un ingreso anual de menos de 30.000 renminbi (4690 dólares), la familia de Zhang no puede apoyar a todos sus hijos para que se hagan universitarios. Las dos hermanas de Zhang abandonaron los estudios después de terminar la secundaria básica, depositando en el miembro más joven toda la esperanza familiar de salir al exterior y mejorar.
"Nunca he estado fuera de Ningxia…mi vida se compone de casas, cuevas y terrenos baldíos. Quiero conocer el mundo exterior, y la única manera de cumplir mi sue?o es pasar el Gaokao y conseguir un buen trabajo en una ciudad grande", explica Zhang.
De 1977 al 2016, 120 millones de estudiantes se matricularon en las universidades chinas. Ahora, la rueda del destino ha cambiado radicalmente la vida de los jóvenes pobres y Zhang quiere aprovechar la oportunidad.
"En mi ciudad natal, muchas ni?as abandonan la escuela a una edad muy temprana y entonces tienes que ser campesina toda la vida. Yo no quiero que mi vida sea eso", a?adió Zhang.
Cui Shuang, profesor de secundaria de Huizhou, provincia de Guangdong, en sintonía con los criterios de Zhang, se?aló que para las adolescentes como ella pasar el Gaokao significa encontrar la salvación de su vida.
"Como profesor de inglés de una peque?a ciudad, a pesar de su carácter orientado a la puntuación y a la competencia feroz, considero que el Gaokao es la más justa y una de las únicas maneras posibles para que los estudiantes de bajos ingresos o de peque?as ciudades puedan obtener una vida mejor", se?aló Cui Shuang.
El deseo de ser la hacedora de su propio destino ha fraguado en Zhang una rigurosa autodisciplina. En su clase, donde todos los 40 estudiantes provienen de zonas rurales, muchos de ellos han tomando medidas extremas para lograr batir las probabilidades. Una de las compa?eros de clase de Zhang ha recurrido incluso a escaldar sus brazos mediante la quema de incienso, para permanecer más tiempo despierta y poder realizar más ejercicios.
El Gaokao no discrimina a nadie por su origen.
En las grandes ciudades como Beijing y Shanghai, muchos adolescentes asisten a escuelas preparatorias como forma extracurricular de optimizar sus resultados.
"La mayoría de mis compa?eros se han inscrito en los cursos de formación para las Olimpiadas de Matemáticas, debido a que nuestros padres creen que pueden ayudarnos a obtener bonificaciones para el Gaokao. Tengo que hacer lo mismo, aunque no estoy interesado", confiesa Chen Lin, un estudiante de preuniversitario de Shanghai. También se?aló que sus padres le compraron tónicos medicinales y un oxigenador, con la esperanza de mejorar su concentración.
"Gaokao es la primera selección social que ocurre en nuestra vida. Y por supuesto, nadie quiere ser etiquetado como un fracasado", a?adió.
Beijing ofrece nuevas alternativas para examinar el Gaokao, examen nacional para el ingreso a la universidad que fue restaurado en 1977. [Foto: Xinhua]
China puede estar cambiando a una velocida alucinante, pero el culto al Gaokao sigue tan inmutable como en 1952, fecha en que se inició. Un antiguo proverbio chino reza: “Por encima de cualquier otra ocupación, los estudiantes se deben a su superación”. Esa percepción tradicional china sigue siendo válida en la nueva era que vive el gigante asiático.
Sin embargo, en los últimos a?os el ritual académico ha ido perdiendo su glamour debido a su insistencia en los grados y en acomodar métodos. Las autoridades chinas ya han iniciado planes para reformar el sistema y la forma de inscripción del Gaokao que entrará en vigencia en el 2020, ofreciendo más plazas en las universidades para los estudiantes de las zonas rurales, así como ampliar el número de escuelas de formación profesional como alternativas a la educación superior.
"Las escuelas de formación profesional eran consideradas una ense?anza de segunda, pero la situación ha ido cambiando gradualmente. Para los estudiantes de familia de bajos ingresos que no pueden entrar a las universidades, las escuelas de formación profesional le proporcionan una oportunidad para salir de la pobreza", aseguró Ma Jinming, egresado de una escuela de formación profesional de la región Xihaigu.
Una pancarta de Gaokao firmada por los estudiantes. [Foto: Yu Yonghua]
Entretanto, estudiar en el extranjero también se ha convertido en una nueva forma de no enfrentar el Gaokao. De acuerdo a Xinhua, durante el pasado a?o alrededor de 610.000 estudiantes chinos asistieron a escuelas y universidades de ultramar, lo que supone un incremento del 11,7 por ciento en comparación con el 2016.
En la escuela de Chen se ofrecen clases de preparación para los estudiantes que deseen obtener su licenciatura en el extranjero, pero el costo es muy alto. Esos programas se basan en el sistema educativo de los Estados Unido y los estudiantes pueden viajar anualmente a los EE.UU.
"En una época, el Gaokao era considerado la autoridad para entrar a estudiar en la universidad. Ahora podemos elegir hacerlo o no. En cierta medida, este es un gran avance", concluyó Chen.
(Web editor: Rosa Liu, Rocío Huang)