por Curtis Stone
Foto de archivo: USN Bowditch (archive.defense.gov)
Beijing, 22/12/2016 (El Pueblo en Línea) - Al devolver el submarino teledirigido USNS Bowditch capturado en el Mar Meridional de China, el gigante asiático ha demostrado su buena voluntad, en contraste con la soberbia hostilidad estadounidense.
El USNS Bowditch ha sido acusado por mantener la vigilancia sobre China.
A la hora de reportar el incidente, los medios de comunicación occidentales han optado por sustituir el axioma "descubrimiento de un dispositivo desconocido en aguas propias" con "incautación china de un drone submarino estadounidense".
Sin embargo, ante la experiencia de lidiar con el Bowditch, la retórica de la recopilación de datos oceanográficos "inofensivos" y la personalidad del nuevo presidente electo estadounidense Donald Trump, China tiene todas las razones para desconfiar profundamente de la vigilancia naval estadounidense en el Mar Meridional de China.
El Bowditch ha estado siempre asociado con operaciones de espionaje contra China. Un artículo publicado en un sitio chino militar y especializado, definió al Bowditch como "una amenaza para la seguridad nacional de China".
Y de acuerdo al servicio de investigación sobre China del Congreso, el Bowditch ha participado en al menos dos incidentes importantes.
En marzo del 2001, EE.UU. acusó a una fragata China de llevar a cabo "acciones agresivas y provocadoras" contra el Bowditch dentro de la zona económica exclusiva de China.
En septiembre del 2002, se repitió un evento similar.
Dada la experiencia china con el Bowditch, es normal que se desconfíe de sus actividades marítimas frente a las aguas de China.
Recopilar datos oceanográficos es útil para la investigación científica, pero esta información también puede ser utilizada para apoyar operaciones de guerra y movimiento de submarinos en zonas de importancia estratégica, tales como el Mar Meridional de China.
No hay que olvidar que El USS People, buque de "investigación" capturado por Corea del Norte durante la guerra fría, se utilizaba para interceptar las comunicaciones de Corea del Norte.
No hay manera de estar absolutamente seguro de que el Bowditch no participa en operaciones de espionaje contra China o que los datos recopilados no serán utilizados para dise?ar operaciones bélicas.
Además de la congénita desconfianza, sus acciones da?an las relaciones China-EE.UU.
Poco después de que la marina china neutralizara y retuviera el dispositivo teledirigido para asegurarse de que no supone un riesgo para la seguridad del país, Trump fustigó a China por "robar" el submarino teledirigido en un "acto sin precedentes". Sin embargo, la situación está siendo manejada militarmente de una manera muy profesional. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino precisó que las palabras de Trump eran "totalmente inexactas". Los comentarios de Trump sólo a?adieron más le?a al fuego.
China siempre se ha opuesto a las operaciones de EE.UU. en el Mar del Sur de China. A pesar de la espiral de tensiones, China demostró su buena voluntad y devolvió el submarino teledirigido "tras una negociación amistosa".
La devolución del foráneo submarino teledirigido es un gran gesto de China, que reafirma su clara intención de solucionar situaciones de esta índole procediendo profesionalmente y de manera pacífica.
(Web editor: Elena G., Rocío Huang)