QUITO, 24 may (Xinhua) -- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, auguró hoy que el último a?o de su actual mandato, que termina el 24 de mayo de 2017, será "muy duro", de cara a las próximas elecciones presidenciales en las que ya no será candidato.
"Hasta entregar el gobierno va a ser un a?o muy duro en lo humano, en lo económico, en lo político, en lo internacional", dijo el mandatario ante la Asamblea Nacional (Poder Legislativo) al finalizar su Informe Anual a la Nación.
Este fue el último informe que rindió Correa antes de dejar el poder tras una década de gobierno, la cual marcó una época de estabilidad política en Ecuador, que tuvo siete presidentes de 1997 a enero de 2007.
Correa advirtió que de cara a las elecciones, "los de luto (como llama a la oposición) tratarán de aprovechar las dificultades económicas y la arremetida feroz de la derecha internacional para volver al poder, para llevarnos al neoliberalismo, para llevarnos al pasado".
El dignatario dijo que frente a ello, "la única respuesta posible es la victoria" del oficialista movimiento Alianza País (AP) de izquierda.
"Que nos roben todo, menos la esperanza, por esa esperanza, por esa autoestima recuperada, por los logros alcanzados, todo esfuerzo ha valido la pena", apuntó el jefe de Estado, quien goza de popularidad en el país por su trabajo en favor de los pobres.
El 19 de febrero de 2017 los ecuatorianos irán a las urnas para elegir nuevo presidente y vicepresidente, 137 representantes a la Asamblea Nacional y cinco parlamentarios andinos.
Correa, quien meses atrás anunció que no buscará un nuevo mandato en 2017, refrendó hoy esa decisión.
"En un a?o más ya no estaré aquí, el país debe descansar de mí y sinceramente yo también debo descansar un poquito del país", se?aló.
El presidente agregó que "no es fácil gobernar un país como Ecuador, con una terrible prensa, tremendamente corrupta, deshonesta, vocera de los grupos de siempre, con tal nivel de incoherencia, inconsistencia, con una supuesta oposición con la mentira como instrumento del enga?o sin respetar principios, sin tener escrúpulos".
Además, negó ser una persona "irascible" (irritable), como lo catalogan ciertos opositores que critican su forma de gobernar.
"Soy una persona común y corriente, los raros eran los presidentes que no se inmutaban ante tanta infamia, tanta calumnia. No esperen de mí que me deshumanice por ser presidente de la República", apuntó.
El mandatario sostuvo que su tesoro no es el poder, sino el servicio, y agregó que desde que asumió el cargo el 15 de enero de 2007 ofreció no defraudar al pueblo y luchar para lograr un país justo y alcanzar el buen vivir.
"No hemos descansado para cumplir esa promesa y aunque hemos hecho todo lo que hemos podido y no todo lo que hubiéramos querido, es claro que Ecuador ya cambió y que ésta es la década ganada", se?aló.
Correa mencionó que el promedio de crecimiento del país entre 2007 y 2015 fue del 3,9 por ciento, frente al 2,9 por ciento de América Latina; además, 1.9 millones de personas salieron de la pobreza.
Expresó, sin embargo, su preocupación por el desempleo que alcanza el 4,77 por ciento, aunque dijo que está luchando por controlar esa tasa, que es una de las más bajas de la región.
"Hemos avanzado mucho, pero falta consolidar la relación de poder en función de la gente, el poder popular, de las grandes mayorías, y dentro de ellos, los más pobres", indicó Correa, quien dijo detestar los lujos y el derroche.
El gobernante, quien confía en la continuidad de su proyecto político llamado "revolución ciudadana", alertó que los opositores "aún están ahí con sus cámaras de producción, con sus medios de comunicación, con su poder económico, con su ideología disfrazada de ciencia".